viernes, 24 de junio de 2011

LAGRIMAS EN PACAEMBU



LAGRIMAS EN PACAEMBU

Santos, Brasil. Junio 2011

Viviendo de niño en Madrid solía ir al Estadio Santiago Bernabéu con papá, mi pasión por el Real Madrid era grande y por un jugador llamado Pirri aún mayor. Yo decía “es el mejor jugador del mundo!” Mi padre con tono complaciente por respetar mi afición tuvo que decirme la verdad, el mejor del mundo es Pelé y juega con el Santos de Brasil.

Ocho años de edad y ya soy Santista!

Mi afición se transformó en pasión, pero aún más cuando hace algunos años conocí a María Lúcia, que aunque no nació en Santos, la hizo su morada hace varias décadas y gracias a ella pude conocer esta hermosa ciudad, la cual he visitado con cierta frecuencia.

Y aquí estoy, gracias a trabajar en ESPN, pude lograr la credencial para ir a los entrenamientos del equipo, de hablar con los jugadores, de intercambiar inquietudes con los periodistas, de ver jóvenes sobre los arboles para ver a sus ídolos practicando detrás de la pared del Centro de Entrenamiento Rey Pelé. Un colega de ESPN Brasil me concedió la credencial para ver la gran Final de la Copa Libertadores ante Peñarol de Uruguay en es Estadio Municipal, llamado Pacaembú en Sao Paulo. La verdad no estaba seguro de ir, pero a través de María Lúcia y mis amigos brasileiros Rodrigo y Cintya, me convencieron de ir con ellos en un ómnibus repleto de abogados Santistas.

Canciones de guerra de Santos, dos horas de vibrar y sentir lo que es la pasión futbolística en Brasil, las calles y avenidas repletas de aficionados con banderas de Santos para aupar al equipo que desde 1963 no ganaba un Copa Libertadores.

Ya dentro del Estadio 40, 157 aficionados, estaban colmando las tribunas. Definitivamente no voy al Palco de la Prensa, yo me quedo aquí! De repente dentro de las mismas canciones, la afición coreaba el nombre de sus jugadores, eee Rafael… Zeeee Eduardo..Neyyymarr… Paulooo Henriqueee..Auuuurocaa..no pude impedirlo, la primera lagrima corrió..

El primer tiempo terminó 0-0 y todo señalaba que en el segundo se convertiría en un final mas que dramático.

Solo un minuto después de comenzada la segunda parte, Auroca se desprendió de tres jugadores, arrastrando las marcas cerca del área para dejar el balón hacia la izquierda para que Neymar de primera batiera la valla del portero Sosa. El estruendo del público fue monumental, cohetes, fuegos artificiales y si, más lagrimas…

Los uruguayos se venían con todo, pero la magia brasileira, siguió con juego de toces cortos, de samba, de un increíble tecnicismo futbolístico.

Danilo por la derecha, con juego de cintura, se abalanzó sobre el área, disparó y conquistó el segundo tanto de Santos.. la Copa está en el bolsillo!

Penarol se acercó casi, terminando el juego, con un autogol de Durval, pero ya la suerte estaba echada.

El silbato del arbitro indico que le partido había concluido. Santos campeón de América!

No podía creer lo que estaba viviendo, abrazos, besos, gente que nunca había visto, lloraban en mi hombro; me sentí brasileño, sentí los Angeles del Futbol a mi alrededor.

En centro del campo alguien corría levantando el brazo en señal de victoria al entrenador Mauricy Ramalho, un moreno con chaqueta roja. Era el, era el.. era el Rey Pelé!!!

Me voy de Brasil, para volver pronto. La experiencia deportiva más extraordinaria de mi vida queda tatuada en mi alma.

Santos, sempre ficará em meu coração!

MIKE FLORES